viernes, 27 de marzo de 2009

huellas


Escucho en este momento una bella melodía, pertenece a la banda de sonido de la película Maria Antonieta. Remoderniza lo sublime de la música de los clásicos en un simple piano tocado con dedos de seda, que recuerda todo el rosa y pastel que redunda y empalaga en las imágenes que retrata Sofía Coppola en su versión in extreme femenina de un poder político adolescente, una María Antonieta demasiado ingenua y ahistórica, en rigor, una cortesana más parecida a la propia Sofía Coppola que a la reina libertina del siglo XVIII. Por tanto, me resulta mucho más controvertida e interesante aquella que ésta. Aunque debo reconocer que como retrato de las cortes actuales es excelente y visualmente es una hermosa pintura para chicas chik. La banda de sonido es una joya.
Rememoro la mañana, llego al consejo escolar, el paro me impide conocer los resultados del concurso de historia del traje al que me presenté. Me precipito a los 80 en la oficina bizarra del hotel en el que trabajo, diskette 5 ¼, lámparas grises, fibrones flúor, computadores con PW. Salgo despedida de ese anacronismo para la casa de Amanda, camino por Luro hacia libertad y Jujuy, en esta esquina arbolada respiro de tanta humanidad apilada. La ciudad tiene más vida por la mañana. Llego a la pequeña guarida, discutimos sobre la crisis, mi amiga está informada, ha leído todos los diarios antes de mi arribo, me explica el fracaso del rescate financiero de Obama, las maniobras de Kirchner por adelantar las elecciones en el contexto de las caídas de los regímenes políticos y las presiones del FMI, compartimos las incertidumbres de nuestros futuros próximos, me relata la hambruna salvaje del Consejo Escolar, las dificultades para tener una vivienda estable, las desproporciones de los alquileres y el carácter señorial de los rentistas. Nos compadecemos como el hombre de los cuarenta escudos de Voltaire. Le señalo que lo que más me sobresalta es la ruptura de las relaciones sociales, estalla la estructuración de grupos sociales, asoma una masa amorfa despolitizada y temerosa, se desbarata toda solidaridad de clases, las asociaciones de interés carecen de sentido, pues en este contexto igualador de la pobreza el interés ya no tiene validez. El gremio docente ha sido vencido, no solo por la burocratización interna, sino por la reducción de sus luchas a la demanda salarial mientras el poder avanza sobre todas las conquistas históricas de los trabajadores de la educación. La dinámica que relata se diluye en la problemática de la salvación individual que se retrata, como en tantos otros ámbitos, en las asambleas de embanderados de los puntajes, donde se exalta la necesidad de reprimir la libidinal pulsión de linchar a los 58, 5 que concentran el trabajo, recordamos el film “La Corporación” y el canibalismo de los pobres retratado por Foucault en “Los anormales”. Pero al fin de cuentas terminamos cuestionando la desvalorización del docente, considerados por el resto de la población en connivencia con el discurso oficialista, como vagos y “poco dignos” empleados. El paisaje que pintamos juntas nos hace reír, recordamos a Gasalla y su representación de los avatares de las actividades pasivas que deciden el futuro de nuestro trabajo, en un edificio cotolénguico, desinformatizado, abarrotado de cuerpos pintarrajeados, ruidosos, escandalosos y encolerizados. No nos proyectamos, el presente es absoluto, las categorías del pasado no nos permiten comprender, es decir, afrontar y soportar la actualidad, buscamos nuevos pensamientos. El futuro es contingente e imprevisible, nos solidarizamos con las libertades que nos regalan ciertas lecturas, los libros son un gran sostén, seguir pensando nos permite conectarnos con una realidad cada vez más disociada. Recuerdo una vez más la Francia del siglo XVIII, los cuerpos del pueblo desmarcados, desoídos y ruidosos, violentos, desprotegidos por el desbaratamiento del Estado Asistencial del Antiguo Régimen, rememoro los excesos, la tonalidad armónica y lo oneroso de las cortes de María Antonieta y de Sofía Coppola, a los señores armados de los countries, a los manotazos de ahogados de las aristocracias financistas, a los intelectuales maquiavélicos que asisten al poder, a la casta de los analistas simbólicos en relación a la profundización de una crisis y me pregunto por qué estas asociaciones, y si acaso no estamos en el mejor de los presentes para pensar.

miércoles, 18 de marzo de 2009

leyendo...

Una vez más caigo en cuentas de que hace ya un tiempo que no escribo en blog-menor. Pero si bien es verdad que cada tanto se renueva cierta inercia según la cual lo abandono, en esta ocasión, en cambio, me encuentro entusiasmada con la lectura. Resulta muy importante para mi no ceder a una suerte de tentación que impone el discurso del “tu puedes”, que conlleva a abandonar la lectura para ponerme a escribir o leer en aquellas páginas solo lo que conviene o se adecua a los intereses, pensamientos y motivaciones del lector. Me refiero en sí a la dificultad de salirse de sí mismo. En este momento, en cambio, he desaparecido en favor de dar lugar a que hablen los maestros. Yo guardo silencio con admiración y aprendo ( quizá en algún momento hasta pueda hablar con ellos, quien sabe ). Sinceramente pienso que a veces, incluso en la blogósfera, es necesario el silencio. Es raro imaginarse aquello, porque en rigor, el blog es un lugar muy particular, requiere tener ideas todos los días y, en verdad, es difícil tener ideas todos los días, es un trabajo que requiere estudio, disciplina y pensar y aún así, a veces, no funciona.