lunes, 2 de julio de 2007

Animismo

Ese foco bamboleante no ha de decepcionarme.
Su inclinación curva simula la simpatía de su luminosidad
-una que no cesa a pesar de los tropezones y caídas-
ante lo ridículo de su precaria estructura.
El estandarte que lo sostiene, en cambio, se ha arqueado
a la manera sospechosa de tanta cosa entrópicamente apilada.

Preferiblemente libros,
-sin clasificación ni orden-
sin otro propósito que la motivación
-casual y azarosa-
de su lectura...

Mis libros están allí para tentar o sanear.
Celebran momentos de distensión,
o excusan a los pensamientos inapropiados para las sonrisas.
Mis libros están allí para ser delirados, sentidos.
Auguran experiencias en mundos ajenos,
o evaden el transitarlos.

Más bien están,
son, viven, hablan, se mueven,
embrollan o aclaran ideas fugaces,
conectan lo difícil e importante
de su lectura...

Estoy notando lo pintoresco y animista de mi habitación.
En realidad es una analogía de lo que deviene en pensamiento,
hablo (estoy) de (en) mi habitación,
porque no quiero referirme (pensar, suceder) a (en) otras cosas.
¿Los objetos se vuelven entonces mis nuevos amigos?
No, solo los noto porque no quiero notar esas otras cosas
o, peor aún, porque no quiero notar la ausencia.

2 comentarios:

  1. Aaay, Ile, Ile... Te juro que te me fuiste de categoría. Recordarás que en el cole me hacía el intelectual, pero la verdad es que ahora me siento un australopitecus tratando de leer tu blog.

    Será que vos te enriqueciste muchísimo y yo me embrutecí, jajaja De todas formas prometo seguir haciendo el esfuerzo a ver si aprendo algo.

    Besos, Srta, cuidese.

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  2. Yo creo que quizás sean perspectivas, modos distintos de pensar y expresar temas parecidos,las múltiples miradas enriquecen,rompen con los monismos.En cambio una sola vista, la que cocifica y violenta lo que queremos conocer o representar, de esa, ya sabemos demasiado. Aparte quizás a mi no se me entiende mucho (o no me gusta que se entienda) no se, pero no creo que se trate de limitaciones de otros, sino más bien de mi perspectiva enrulada (que insisto, se trata de la versión femenina y banal del rizoma)

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