miércoles, 14 de enero de 2009

Año nuevo, blog renovado

Me atropella el 2009. Vuelo de un solo golpe temporal por los aires de la falta de planificación y balance alguno. Dionisios me embriaga. Entre otras cosas, empiezo a pensar en iniciar otro blog. Me detengo un poco para preguntarme por qué la necesidad de emprender un nuevo proyecto cuando apenas pude sostener Ceterum Censeo los últimos meses. Deleuze anuncia en su Postdata que en el mundo que viene el problema ya no será el del paso de un encierro a otro, de casa a la escuela, de la escuela a la fábrica, el hospital y algún que otro conocía también la cárcel (En realidad Foucault nunca se abocó específicamente al problema del encierro) Pero en fin, Deleuze afirma en ese bello texto que la característica de esta etapa del capitalismo que nos asiste será, y es ya, puesto que se ha instalado, la de la deuda infinita y uno de sus efectos es la imposibilidad de terminar nada. Pienso rápidamente en mi artículo anterior y la verdad es que desde diciembre a esta fecha cambié de opinión, deberíamos hacer una verdadera alharaca cuando finalizamos procesos largos de nuestras vidas, valorar el trabajo y esfuerzo que estuvieron implicados en su consecución. Es posible incluso que pertenezca a las últimas generaciones que estudiaron profesiones liberales durante un promedio de seis años en instituciones públicas. De modo que me propuse darle continuidad a este blog, trabajar en él hasta que se agote, pero renovando sus aires acorde a lo que voy a considerar como un nuevo presente. Dos ideas giran en torno a esta nueva configuración del blog y que exploraré entre otros temas en mis artículos o ensayos. La primera es la de llevar adelante un blog menor, intentar hablar en la lengua de los blogs como un extranjero. No ser un blogger pero intentar llevarlo a sus límites. El otro concepto está ligado al anterior y es el de la extranjería, esta vez no en relación a la blogósfera, sino en virtud de la pequeña polis de la que participo. Mar del Plata es una ciudad poblada durante el año y ocupada temporalmente por extranjeros. La marplatensidad casi no ha soportado dos generaciones sin nutrirse de elementos migratorios. No se es nunca marplatense, carecemos de identidad propia, no somos el señor bajo la sombrilla de colores, ni la joven en bikini tras una ola, ni surfers, ni cineastas, ni intelectuales bohemios y demás clichés para las portadas de los suplementos de verano y esto es un dato interesante de esta ciudad de la que todos sus habitantes reniegan, de un territorio de bandas en el que todos se sienten o son de alguna manera extranjeros. Por esta última razón he decidido escribir sobre esta ciudad que de ser el paraíso veraniego de la elite ha devenido en la peor opción del viajante, la cárcel de sus habitantes, una ciudad que nadie quiere pero que es visitada por muchos argentinos cada verano. Una ciudad que por su origen está condenada a ser un balneario y que ha fracasado en su intento de pensarse distinta.

Estás todos invitados a leer, escribir, comentar, sugerir, discutir, publicar y demás empresas.

8 comentarios:

  1. Recibe un saludo cordial, inquietante extranjera. Lo extranjero familiar es lo siniestro, según Freud. Abrazos desde el frío europeo... Justo Serna

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  3. "La marplatensidad" es una cosa rara. Ser extranjero en una ciudad en la que era extranjero, pero donde me sentía parte y sin embargo, dejar de ser parte, para pasar a ser un recuerdo y volver a ser extranjero y ahora soy un extranjero de un mundo donde nunca pude clavar mis raices y me veo obligado a decir, que soy de la nación del viento...
    El blog me gustó y daría muchas cosas por poder a invitarte un café, amiga, pero sea acá o allá, nos va a salir muy caro el cafecito...

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  4. Hola Ile! me gusta tu renovación. Y creo que sé de lo que estás hablando. Igual, no hay que hacer alharaca, si bien nunca se termina nada nos la pasamos saliendo de procesos largos -creo que el "Proceso" es "largo"(duración) por definición-, ahora mismo: del 2008, de la profunda recesión, para entrar a algo completamente distinto, como es el 2009 y la recesión, y así todo el tiempo hasta en la digestión. Siempre hay instancias para la alharaca y el reposo.
    Hay que valorar el esfuerzo y trabajo de los demás. Y reconocer qué poco mérito hay en conducir-dejarse conducir hasta la meta. Soñar que con un final se abre una nueva etapa, no es necesario. Hay que generar inicios, eso está bien, como este; contá conmigo como lector, discutidor, etc. Nos vemos para un cafecito en una de estas veredas nuestras, ahora que le hace calor!

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  5. Hola Ileana! Tan extranjera como vos, tan ajena a la marplatensidad, espero que este sea uno de muchos comienzos en los que podamos encontrarnos.Tomamos un cafecito en cualquier momento

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  6. Justo Serna ¡Qué alegría y honor contar con tu presencia! Espero que sigamos compartiendo nuestras lenguas extranjeras. Ahora agrego a los vínculos tu blog y, de paso, invito a todos a visitarlo para ampliar las comunicaciones . Un saludo de la veraniega mar del Plata.
    Rita, ese sentimiento compartido me llevó a escribir el último artículo, que intenta poner en palabras lo que he recogido de las experiencias de muchas personas que viven en la ciudad y de lo siniestro, como dice Justo, de la novela marplatense. Un abrazo y en cualquier momento nos estamos viendo.
    Marian, como siempre, tus anotaciones son un aporte a mis lecturas y un explosión de ideas para pensar las vidas filosóficas ¡Gracias!
    Quequi ¡ por tu nación del viento! A través de esta vía que surca cielos sin identidad quizá podamos estar más cerca, como extranjeros y ya no como marplatenses. cariños a los tuyos.

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  7. Hey! Una renovación muy de tu estilo Ile, lo que a todas luces es un producto bueno.
    Respecto de lo que decís. Primero, me parece que hacer alharaca o no depende mucho de las personas y de sus tiempos.
    Como dice Mariano "si bien nunca se termina nada nos la pasamos saliendo de procesos largos"; algunos no tan largos en tiempo real, terminan pareciendo muy largos en el recuerdo, tal como lo explica la teoría del Tiempo Psicológico. De todos modos, me parece que a pesar de que nos esforzamos por poner en archiveros etiquetados diferentes etapas de nuestras vidas, todo es parte de un gran todo. Lo que sucede, me parece, es que los hechos empiezan a ser otros en algún punto, las situaciones y circunstancias se van transformando terminando de una forma y empezando de otra...
    Como quiera que sea, voy a hacer alharaca en tu honor (otra vez), así que tomate un trago por mi presencia misticamente invisible... Bah! Ni tanto, ja!
    Segundo, acerca de "la marplatensidad": creo que los verdaderos marplatenses son las personas que como ustedes piensan, escriben y comparten sus reflexiones acerca de su medio, preocupados por él. Siempre denoto cierto cariño agresivo de los marplatenses por su ciudad, supongo que es por ésta cuestión de la extranjería en la propia tierra, una sensación de amor y odio en perfecto equilibrio... La verdad que no lo se, pero en mis viajes, los que empiezan a no ser pocos, me doy cuenta de que los marplatenses son únicos, que son identificables con algunos elementos que todavía no estoy en condiciones de describir y por los que siempre volvería para estar entre ellos.
    Siempre que estoy en su ciudad me esfuerzo por descubrir pequeña cosas de la cotidianeidad marplatense buscando conectarme con lo verdadero de ese lugar y no ser otro parásito más que pasa por ahí diciendo lo mismo que todos acerca de la ciudad.
    Ile, por nosotros, por los que leemos éste blog, seguí escribiendo; insitandonos a pensar cuestiones particulares...
    Besos.
    Lucas.

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  8. Gracias Berem por tus comentarios, se que te agrada mucho mar del plata y, quizá porque a mi también, y porque vivo aquí, es que necesitamos intervenir para transformar aquello que se nos impone como identidad...

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