El miedo vuelve en consternación,
frustración devenida en edificio de concreto,
en una paz que no anuncia ningún sueño,
en una triste tranquilidad sanjuanina,
esa que anuncia que nada sucede,
que no hay escapatoria al barullo de voces ciegas,
amenazando con el estallido sutil,
con la liquidez artificial de nuevos barrotes,
y tras esa nube palpable de calma mentirosa,
tan viscosa que ya ni acariciamos los cuerpos si no está convenido,
tras esa membrana deshumanizante,
que fagocita la libertad (también convenida)
están esos hombres que gritan, lloran e intentan escabullirse,
de los odios trasvestidos en moral,
de la violencia señorona costumbrista
de las verdades producidas a golpes y palabras,
a imagen y ciencia,
esos hombres que se inmolan en una danza, elixir o fantasía.
Entonces pienso en Bataille, y en su celebración lacerante,
Y se me ocurre, para ser menos clara:
¡Al carajo a esos otros cepos del bienestar!
Nada mejor que morir de un ataque de risa...
Tu blog evoluciona y se sacude los duelos de encima. Cuando entré recién, pensé que había tipeado cualquier cosa: me faltaba el negro todo alrededor. Después me reí, y voté a Bataille.
ResponderEliminarSorpresa y Risa, qué bueno! Las cosas cambian, no sin ayuda, supongo que élegí ese nuevo formato, pero la posibilidad del cambio se la debo a mi novio.
ResponderEliminarHay algo que... no scenes here...
ResponderEliminarjusto estaba leyendo antes (de ahora) del sopor sanjuanino y el cierre del congreso internacional de filosofía, y que "nada sucede"...
ResponderEliminarEstá desarrollándose, evoluciona como dice ahí el muchacho. Te felicito.
¡Muy buena la foto!
ResponderEliminarjajajja!!! La hice con un programita que tiene mi hermano, quedó buena. Es poderosa esa mano!!!
ResponderEliminarTengo familia en San juan, siempre me quedó la sensación de que es un desierto. Cuando leí Cien años de soledad la identificación de San Juan con MAcondo fue inevitable. Quizá después publique algunas cositas que escribí sobre el realismo mágico de mi familia del interior. No se, ahí también hizo hace un año un congreso la tendencia historiográfica argentina más conservadora, quizá la geopolítica no es casual.
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