miércoles, 10 de marzo de 2010

Alicia en el país de las maravillas. Un Burton de sentido común



En "Las aventuras subterráneas de Alicia" Burton tomó malas decisiones, algunas, creo, vinculadas a las necesidades e imposiciones del gigante Disney y otras, muy probablemente, por su afán de innovar, de ir más allá de uno de los trabajos literarios más complejos conocidos, al que no respetó como tal. Y no me refiero únicamente al gesto de expresar un respeto por la autoridad de su autor, sino a la importancia de "apreciar" y darle un valor al trabajo de pensamiento y creativo que hay en la escritura de Caroll. La película de Burton al llevar el nombre de uno de los más grandes libros de filosofía-literaria sobre "las paradojas del sentido" (Deleuze), se puso a prueba y salió perjudicada. Si hubiera simplemente llevado otro nombre, quizá nadie se habría desilusionado. Estaríamos comentando otra película de Burton, aunque ciertamente una de las menos interesantes y la calificaríamos probablemente como una película de Disney para niños.Quizá el verdadero desafío era tratar de pensar qué era lo específico en Caroll, de qué hablaba y traducir esa obra literaria compleja al lenguaje cinematográfico. Ponerle el nombre de ese relato célebre y hacer una historia trillada de cuentos de hadas, fue, a mi entender, un recurso comercial, una verdadera estafa a la que Burton se prestó, lo cual, cuestiona su pretendida autonomía artística, que ingenuamente se la expresó al autor de la obra al momento de decidir hacer cualquier cosa en su nombre y no a los productores de Disney. Engaño a su público seguidor, al autor y a sí mismo si consideró que estaba haciendo una nueva versión. Se complació ante la prensa en afirmar que esta perspectiva suya tenía que ver con invertir la decisión de Caroll en cuanto al título. Otro gran error. La elección de Caroll de cambiar el título previsto "Las aventuras subterráneas de Alicia" por "Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas" no es azarosa. Con esa inversión, Alicia deja de buscar el sentido en las profundidades, lineales y subterráneas y se traslada a una historia de la subida a las superficies, en la que las cosas recobran su espesor y se deslizan por sus bordes. Indica su repudio a la falsa profundidad y su descubrimiento de que todo ocurre en la frontera. Y en "...al otro lado del espejo" perfecciona esta búsqueda de los acontecimientos en la superficie. La concepción de lo incorporal, lo onírico, no existe en Burton. El mundo de los sueños es irrealidad según lo que entiende el sentido común por esto. Lo incorporal, aquello que cobra existencia por sus efectos, es algo más complejo y es en la trama de Caroll una operación de pensamiento. Tampoco aparece la cuestión de la disolución de las identidades, los desdoblamientos de Alicia entre el pasado y el futuro, su diálogos enloquecedores consigo misma. La locura es una mera caracterización estética, burdamente entendida como tener los pelos de colores, bailar o sacudir cosas. No hay uso de las paradojas ni inmedidos sin sentido, humor ni discurso enloquecedor que disuelve los sentidos único y que cuestiona el orden impuesto por las ideas. Independientemente de que haya personajes vestidos como...y nombres de las cosas que existen en el mundo de Caroll, esta historia es cualquier cosa menos que Alicia en el país de las maravillas. Y como historia, en rigor, es pobre: guerras, buenos y malos, héroes. Se sabe todo de antemano. Solo hay que sentarse a esperar que suceda. Helena Bonham Carter representa espléndidamente la "reina de corazones" y no la "reina roja", pero su trabajo se desluce en el contexto.Ella verdaderamente sale de la lógica de buenos y malos, aunque la historia se esfuerce en querer verla terminada junto con la tía solterona en el peor de los avernos de los inmorales y fracasados, al que después Alicia arroja a todo el resto de los considerados perdedores, freaks, solos...algo impensado en Burton, ídolo de estas figuras. Deep no supo que hacer con su personaje vacío, que por momentos se le pasa la pretendida locura para inocular en Alicia el "matarás". El resto de los pj no existen, son decorados o bestias fieras que se vuelven tiernas incompresiblemente. La ambientación histórica de la edad victoriana es anacrónica. Una adolescente mujer que dice lo que quiere y se revela del mandato de casarse, se vuelve empresaria y se va de viaje a la China. Si hay algo de paradójico es que se considere un disparate a Caroll y a esto un buen sentido. La resistencia de los lectores de Caroll a esta película, a pesar del respeto que le tenemos a Burton, es que Alicia en el País de las Maravillas sigue destruyendo el "buen sentido" como sentido único y al sentido común como la única identidad. Su escritura sigue teniendo la fuerza de escenificar que en las fronteras de estos pretendidos sentidos profundos y buenos con los que nos aleccionan y sermonean (incluso en las películas) hay un fondo de disprates que, por lo demás, a nadie divierten ya.

4 comentarios:

  1. In your face, Burton! devolvé la plata! es una película de mierda que asesina a alicia, una alicia vieja por otra parte, de unos veintipico. es el antialicia. cuida la imagen y el sonido, y el sentido que se las arregle solo. Ocupate de lo que sabés, tim, de onda

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  2. No cabe duda que el marketing y la publicidad hacen que una pelicula tenga tanto exito de taquilla...No me gusto para nada la pelicula; no obstante la acogida que esta teniendo (no por algo lleva 3 semanas nro.1 en la cartelera) es por tanta publicidad que se le da, aunque tampoco olvidemos lo de moda que esta el 3d que en verdad si que ayuda a que una peli tan mala con esta al menos no se haga tan insoportable.

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  3. Bueno, y en rigor, la película por lo que supe no estaba pensada para 3d, que no es muy descollante tampoco. Lo que es innegable es que Burton es un genio con la imagen y que ha logrado estéticas maravillosas, pero parece que no tienen nada que contar...y en un género narrativo, eso puede ser desastroso.

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  4. Ileana: Muy interesante tu nota. Tal vez tenga algo de positivo que destacar el hecho de que algunas personas no han leído ninguno de los dos libros de Lewis Carroll y entran a "su" universo por la película. En algunos de ellos, puede que surja el interés de ir a leer el original y juzgar por sí mismos.

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